Tras el reciente anuncio de la inflación de noviembre, que alcanzó un sorprendente 12,8%, y las medidas económicas implementadas por el nuevo gobierno, los precios de la carne han experimentado un aumento descomunal, llegando a cifras alarmantes para el bolsillo de los argentinos.
Este incremento, que oscila entre el 35% y el 65%, dependiendo del corte, llevó a una situación de preocupación y escasez en las carnicerías de todo el país.
Lucas, propietario de una carnicería en Mercado Norte, expresó su inquietud ante la creciente ola de aumentos, afirmando a Canal C: «Para la gente es un montón. Ya no se puede ni trabajar ni comer, está muy difícil la situación».
En un esfuerzo por hacer frente a esta crisis, decidieron reducir algunos precios para incentivar las ventas, algo que no había ocurrido en sus diez años de experiencia en el negocio. «Es la primera vez que tengo tanta carne sobrante», agregó.
Los precios reportados por Lucas revelan un panorama desafiante para los consumidores, ya que los valores de algunos cortes superan ampliamente los $6500 por kilogramo. Ejemplos de estos incrementos desmedidos incluyen:
- Kg de costilla: $7200
- Kg vacío: $7500
- Kg matambre: $7800
- Kg bifes: $7500
- Kg peceto: $7800