China criticó hoy los «rumores» surgidos en la prensa estadounidense sobre un supuesto acuerdo que permitiría a Beijing instalar una base espía china en Cuba para interceptar comunicaciones militares, responsabilizó a Washington por su difusión, y pidió a Estados Unidos que «deje de interferir en los asuntos internos» de la isla.
La información, aparecida ayer en el diario Wall Street Journal y la cadena de noticias CNN, basada en fuentes anónimas estadounidenses, fue calificada de inmediato por La Habana como «mendaz e infundada», mientras la Casa Blanca la rechazó también, en este caso por considerarla «inexacta».
La diplomacia china acusó a Estados Unidos de difundir falsas informaciones.
«Como todos sabemos, propagar rumores y calumnias es una táctica corriente de Estados Unidos y es su marca de fábrica interferir deliberadamente en los asuntos internos de otros países», dijo Wang Wenbin, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, citado por la agencia de noticias AFP.