El jueves de esta semana quedará formalmente inaugurada la temporada de ballenas en el entorno de Península Valdés, sobre el noreste del Chubut, que se extenderá hasta el mes de diciembre, tiempo en el cual los ejemplares, que aún están arribando, permanecen en los golfos «Nuevo» y «San José».
Marcos Grosso, secretario de turismo de Puerto Madryn, aseguró a Télam que hay «una gran expectativa» por la próxima temporada turística que «estimamos como la anterior, con un 70% de ocupación de camas en promedio».
Las ballenas francas australes arriban cada año a estas costas para cumplir con un nuevo ciclo de reproducción: hembras que dan a luz a sus crías, hembras y machos adultos que llegan para aparearse, juveniles que socializan y otras hembras adultas que traen consigo a la cría para su destete.
Las ballenas se desplazan en forma solitaria, pero se las puede ver en parejas de cópula o madre-cría, y como saltan con frecuencia, se transforman en un atractivo único. Además, dejan ver su enorme cola fuera del agua por largo rato, cuando no golpeando la superficie con las aletas, provocando «explosiones» de espuma de mar.
La península, el lugar elegido
Península Valdés es el área que tiene la particular forma de hongo que se ve en el mapa recostado sobre el mar, espacio que fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1999. Allí operan 6 empresas habilitadas para brindar el servicio de avistaje aunque los ejemplares también se pueden divisar desde la costa, en la zona conocida como «El Doradillo», al norte de Puerto Madryn.
Los ejemplares de la especie «Eubalaena australis» o ballena franca austral, que llegan a la región en esta época del año para cumplir el ciclo vital de reproducción y cuidado de los ballenatos, configuran un espectáculo asombroso que se repite todos los años con una población que ronda las 2.000 mamíferos cuando se producen los nacimientos.
Llegan a pesar 50 toneladas y a medir unos 15 metros de largo y fueron aumentando en número y tiempo de permanencia en la zona, y en la actualidad se calcula que la mitad de la población mundial de esta especie llega a estas aguas cada año, con mayor presencia entre septiembre y octubre.