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El secreto para comer los mejores pastelitos este 9 de julio

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¿De membrillo o de batata? La eterna y clásica disputa que despierta pasiones en cada
mesa familiar. Qué tener en cuenta a la hora de comer uno de los típicos platos patrios.

En el marco del 9 de julio, Día de la Independencia, no solo celebramos la emancipación de
nuestro país, sino también las tradiciones culinarias que nos unen como nación. Entre los
platos típicos que adornan nuestras mesas en esta fecha tan especial, los pastelitos ocupan
un lugar destacado en el corazón de los argentinos.

Un pedacito de historia
Los pastelitos, esas deliciosas masas hojaldradas rellenas de dulce de membrillo o batata,
son un emblema de la repostería criolla. Su origen se remonta a la época colonial, cuando
eran preparados en las casas para celebrar las fiestas patrias. La técnica de hojaldrar la
masa, que se realiza mediante el plegado y el uso de grasa, es un legado de las influencias
europeas, adaptado con ingredientes locales y el toque de las cocineras argentinas.

El secreto para un buen pastelito
Para conocer más sobre esta delicia típica, conversamos con Federico Osorio, chef de «Osorio Casa de Comidas», un emprendimiento familiar nacido en el corazón de Recoleta que se dedica a honrar la comida tradicional argentina, con toques de gastronomía de autor. Federico revela el secreto para lograr el pastelito perfecto: «Lo distintivo de un buen pastelito es usar manteca en lugar de margarina para la masa de hojaldre». Según el chef, la manteca no solo aporta un sabor más rico y auténtico, sino que también permite que la masa adquiera una textura más crujiente y laminada.

La preparación: un arte
La elaboración de los pastelitos es todo un arte. La masa debe ser trabajada con paciencia, estirándola y plegándola repetidas veces para formar las capas características del hojaldre. El relleno, generalmente de dulce de membrillo o batata, se coloca en el centro de cuadrados de masa que luego se cierran y se fríen hasta obtener ese dorado perfecto. «El aceite para freír debe estar a una temperatura adecuada, ni muy alta ni muy baja, para que los pastelitos se cocinen de manera uniforme y no absorban demasiado aceite», resalta Osorio.

Un sabor que une
En cada pastelito, no solo encontramos ese característico sabor dulce, sino también una conexión con nuestras raíces y nuestra historia. En el 9 de julio, cuando los argentinos nos
reunimos para conmemorar nuestra independencia, los pastelitos se convierten en un símbolo de identidad y de celebración.

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