Un estudio del Instituto de Virología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) reportó la presencia de la variante de Covid-19 Ómicrom en varios puntos de la cuenca del Lago San Roque. La detección es una evidencia más del hallazgo de líquidos cloacales que llegan con nulo tratamiento a las aguas del embalse y se suma a la confirmación de la existencia de cianobacterias y sus toxinas en muestras de agua pertenecientes el embudo y la cola de novia del dique, en el contexto de la Alerta Nacional emitida por el Ministerio de Salud de la Nación.
El informe se dio en el marco de un proyecto de investigación sobre Sars-CoV-2 y las muestras fueron procesadas en el laboratorio de Gastroenteritis Virales y Sarampión del Instituto de Virología “Doctor Vanella” de la UNC. El trabajo fue firmado por la directora del Instituto, doctora Silvia Nates y la investigadora adjunta de Conicet Gisela Masachessi.
Los análisis reportaron resultado negativo de presencia de la variante Ómicron en febrero, pero positivo en marzo, en Bahía del Gitano, Bahía Municipal, desembocadura del San Antonio, centro del embalse, desembocadura del río Cosquín, El Fantasio y Los Chorrillos. En tanto, en la zona del dique, dio positivo el muestreo tanto en febrero como en marzo.
Cabe remarcar que el San Roque no es una planta cloacal, pero sin embargo recibe los desechos sin tratar de numerosas localidades, principalmente del centro y sur de Punilla.
Ante el relevamiento, el médico sanitarista Emilio Iosa, miembro del equipo de investigación, viajó el lunes a Buenos Aires para formalizar el reporte a las autoridades del Ministerio de Turismo de la Nación sobre el estado de contaminación del lago. Junto al diputado nacional Eduardo Fernández (Frente de Todos) y el concejal de Villa Carlos Paz, Daniel Ribetti, Iosa se reunió con el responsable de Relaciones Institucionales y Cooperación Internacional de dicho ministerio, Leandro Martín Balasini. Allí expuso la gravedad de la situación ambiental del San Roque, considerando su importancia como el principal atractivo turístico del Valle de Punilla. Al mismo tiempo, reclamó una ayuda para el saneamiento del lago.
“Estamos preocupados por el color de nuestro lago más que por el color político de los funcionarios que nos atienden”, expresó el sanitarista en sus redes sociales previo a viajar a Capital Federal. Semanas atrás, Iosa había difundido fotos satelitales que mostraban cómo el 60% de la superficie del embalse estaba cubierto por cianobacterias tóxicas.
En cuanto a los resultados de la detección del genoma SARS-COV-2 en las muestras que se hicieron en ocho puntos ubicados en los alrededores de Villa Carlos Paz y en las desembocaduras de los ríos Cosquín y San Antonio y del arroyo Los Chorrillos, los investigadores reportaron:
Bahía del Gitano
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Bahía Municipal
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 postivo, variante Ómicron.
Desembocadura del río San Antonio en el embalse San Roque
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Centro del embalse
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Desembocadura Río Cosquín en el embalse San Roque
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Dique abajo
Febrero: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Balneario El Fantasio
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Arroyo Pantanillo en los Chorrillo
Febrero: SARS-CoV-2 negativo.
Marzo: SARS-CoV-2 positivo, variante Ómicron.
Todo parece indicar que con semejante nivel de expansión de la variante Ómicrom las cloacas de cualquier pueblo o ciudad tendrían registros de su presencia.