James Cameron, renombrado director de cine y experimentado explorador submarino, criticó duramente a OceanGate, la compañía propietaria del submarino Titan, tras la implosión de este sumergible con cinco personas a bordo cerca de los restos del Titanic en el Océano Atlántico al señalar que «sospechaba mucho de la tecnología que estaban utilizando» y que él no hubiese abordado ese submarino.
Así lo expresó en declaraciones formuladas a la BBC, en las que afirmó que la empresa OceanGate «había cortado caminos» en la construcción del Titan y que, de hecho, habían decidido no buscar la certificación para el submarino porque «sabían que no pasarían».
“Sospechaba mucho de la tecnología que estaban usando; no me habría metido en ese submarino”, sostuvo James Cameron.
El Titan, fabricado a partir de fibra de carbono y titanio, se encontró en una misión de exploración en las profundidades del océano.
Sin embargo, según Cameron, los sistemas críticos de navegación y comunicación del submarino fallaron simultáneamente, un suceso que sugiere un desastre a bordo.
Cameron lleva realizadas 33 inmersiones en el naufragio del Titanic y es una autoridad respetada en la tecnología de sumergibles.