En medio del colapso generado por el pico de la variante Ómicron de coronavirus, la reunión realizada este miércoles del Consejo Federal de Salud (Cofesa) demandó fuertes decisiones.
Por caso, en el cónclave del que participó la ministra del área a nivel nacional, Carla Vizzotti, y sus pares provinciales, se determinó que todo «contacto estrecho» con un caso positivo confirmado, ya no será «estrictamente necesario» testearse.
Si la persona presenta síntomas, será considerado un caso positivo de Covid-19 sin la necesidad de hisopado, y deberá guardar el aislamiento. Será de siete días si tiene al menos dos vacunas colocadas, y diez jornadas en el caso de no contar con el esquema completo.
En este caso, «no está indicado» recurrir a un centro a realizar un test, ya que el diagnóstico se puede llevar adelante por nexo clínico y epidemiológico, dado el contexto de una gran circulación viral.
Si en cambio no presenta síntomas, se deberá guardar una cuarentena de cinco días para quienes estén inmunizados. En cambio será de siete a diez para el resto, con la necesidad de un análisis de PCR para contar con el alta.
Qué genera
En el día a día, la decisión tendrá un fuerte impacto. Fundamentalmente, a la hora de que concurra una menor cantidad de personas a los centros.
Pero también, en cuanto se vuelva una norma, en la reducción de los registros oficiales de casos positivos.