A pesar de la vigencia de la ordenanza «Pirotecnia Cero», el uso de fuegos artificiales sigue siendo un problema en las zonas periféricas de la capital. La Municipalidad lanzó operativos especiales con más de 50 puntos de control para Navidad y Año Nuevo.
A ocho años de la sanción de la normativa que prohíbe la fabricación, comercialización y uso de pirotecnia en la ciudad de Córdoba, el cumplimiento total de la ley sigue siendo una materia pendiente en los barrios. Si bien el centro y las principales arterias comerciales muestran un acatamiento casi total, las autoridades locales advierten que la venta clandestina en domicilios particulares y a través de redes sociales mantiene viva una práctica que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Para este ciclo de festividades 2024-2025, el secretario de Gobierno, Rodrigo Fernández, confirmó que se han desplegado más de 50 operativos simultáneos. Las acciones son encabezadas por el Ente Municipal de Fiscalización y Control (EMFyC), en conjunto con la Guardia Urbana Municipal y la Policía de la Provincia.
«Es muy alta la venta que se da en los barrios de la Capital», reconoció Fernández en diálogo con medios locales. La estrategia oficial se ha movido desde los grandes locales comerciales —que hoy cumplen estrictamente la norma— hacia la detección de puntos de acopio ilegales en zonas residenciales y la vigilancia en los ingresos a la ciudad desde localidades vecinas donde la venta aún está permitida.
Durante la semana previa a las fiestas, equipos municipales, la Guardia Urbana, la Policía de la Provincia y el Ente Municipal de Fiscalización y Control desplegaron un intenso plan de acción que incluyó decenas de operativos en barrios como Villa Libertador, Empalme, Argüello, Centro América, Jardín, Rancagua y otros sectores de la ciudad.
Estos operativos tuvieron múltiples focos de trabajo:
Desarticulación de puestos de venta ilegal: se identificaron y desarmaron cientos de puntos de expendio clandestinos de pirotecnia en la vía pública.
Secuestro de mercadería: solo en los últimos días, los agentes municipales secuestraron productos valuados en más de 82 millones de pesos, un número que da cuenta de la magnitud de la comercialización irregular.
Acciones disuasivas: además de decomisos, se logró disuadir a vendedores informales y se frustraron decenas de intentos de comercialización no autorizada en diferentes puntos de la ciudad.
El programa no solo responde al mandato de la ordenanza municipal, sino a una serie de motivos de salud y convivencia que han sido refrendados por datos oficiales en años anteriores. Entre ellos:
Protección de la salud: los artefactos pirotécnicos representan un riesgo de quemaduras, lesiones oculares, daños auditivos y otros accidentes graves, especialmente cuando son manipulados sin la debida capacitación o supervisión.
Cuidado de grupos vulnerables: el ruido intenso afecta con especial severidad a niños, personas mayores, personas con discapacidades neurológicas o trastornos sensoriales (como el TEA) y a animales domésticos, que pueden sufrir pánico, ansiedad y desorientación.
Convivencia barrial: evitar estallidos a toda hora y en cualquier espacio público contribuye a una festividad más armoniosa y respetuosa entre vecinos.
En ediciones recientes de las fiestas, la implementación de esta política tendió a reducir los accidentes relacionados con pirotecnia, y las autoridades sostienen que mantener estos controles activos contribuye a sostener y profundizar esos resultados.
Cómo denunciar venta o uso ilegal
Las autoridades municipales convocan a la comunidad a colaborar activamente. Más allá de los operativos oficiales, los vecinos pueden reportar situaciones de venta o uso de pirotecnia a través de los canales oficiales del Ente Municipal de Fiscalización y Control o mediante la plataforma Vecino Digital (VeDi). Estas vías permiten enviar reclamos con ubicación precisa y, en algunos casos, de forma anónima, para que los equipos de control puedan actuar con mayor rapidez.