Con un discurso lanzado esta madrugada, la República Federativa Democrática de Rusia anunció lo temido a nivel ecuménico: el avance de sus tropas sobre Ucrania .
El presidente Vladimir Putin anticipó la realización de una “operación militar especial” en el Donbás, ubicado en el este del país.
«Nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania», graficó el mandatario en su alocución, remarcando que «había que poner fin al genocidio que sufrían millones de personas y la única esperanza para ellos somos nosotros».
La referencia es su visión del proceso de discriminación que ciudadanos rusoparlantes sufren en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Luego agregó: «No quieren arreglar el conflicto de manera pacífica. (…) Durante 8 largos años hemos hecho todo lo posible para solucionar la situación por medios políticos, pacíficos. Fue en vano».
En ese camino, anticipó que llevará ante la Justicia «a quienes han cometido numerosos y sangrientos crímenes contra la población civil».
Explosiones y muertes
Poco después de las palabras de Putin, hubo grandes explosiones en varias ciudades del sector este ucraniano, como Sloviansk, Kramatorsk y Járkov, pero también en Kiev.
Y mientras el ministro de Defensa ruso refirió que están «destruyendo la aviación ucraniana con armas de alta precisión» y sin implicar a la población civil , se van notificando las primeras muertes.
El asesor del ministerio del Interior de Ucrania, Antón Gueraschenko, constitución las primeras ocho víctimas fatales, entre ellas un soldado de la Guardia fronteriza.
Se informó que siete muertes se produjeron en la ciudad de Podolsk de la región de Odesa, donde también hay 19 desaparecidos tras un bombardeo.
Con el avance de las horas, los fallecidos notificados se extendían a 52, doce de los cuales son civiles.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, decretó rápidamente la Ley Marcial.
El mandatario dijo que «hemos roto las relaciones diplomáticas con Rusia. Ucrania se defiende y no renunciará a su libertad, piensen lo que piensen en Moscú».