La polémica sobre el uso de los teléfonos celulares inteligentes en las aulas por parte de los alumnos: volvió a reavivarse en los últimos días, tras el planteo de saber si perjudican o tornan accesible el aprendizaje, así como también la salud mental.
El año pasado, el organismo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) advirtió en su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo que debe prestarse una atención similar al modo en que se utiliza la revolución digital en la educación.
Y que la tecnología solamente se utilice en clase cuando sirva de apoyo a los resultados del aprendizaje, lo que incluye el uso de smartphones.
Se pidió una prohibición mundial de los teléfonos inteligentes en las escuelas a fin de abordar las interrupciones que provocan en las aulas y proteger a los niños del ciberacoso.
Fue alertado el riesgo de que los dispositivos móviles se conviertan en una fuente de distracción constante para los estudiantes, interrumpiendo el proceso de aprendizaje y reduciendo la concentración en clase.