Por: Ignacio Carrillo- @nachocarrillom
Una vez más, el primer día de marzo marca el inicio del año legislativo en la mayoría de las jurisdicciones de nuestro país. Este evento está marcado por los deseos e intenciones que los y las representantes del poder ejecutivo, sea cual fuere la jurisdicción, enuncian en los parlamentos correspondientes.
El evento principal corresponde a la jurisdicción nacional, en el cual el Presidente Alberto Fernández dio un discurso por segunda vez cargado de directivas políticas que afectan la agenda ejecutiva y marcan cierto camino en la agenda legislativa para este año.
Antes de hacer un breve análisis sobre lo dicho por el presidente en el día de hoy, es oportuno rememorar algunas de las intenciones planteadas para 2020 previo al inicio de la pandemia.
Los principales hitos estuvieron marcados por “poner en primer lugar a los que menos tienen”, “persistir en el diálogo económico y social”, “detener la caída de los ingresos y el poder adquisitivo de los argentinos”, “nunca más al endeudamiento”, “lograr la ley del aborto seguro legal y gratuito junto con la ley de los primeros mil días”.
En cuanto al sector productivo enunció políticas de importancia para el sector de hidrocarburos, el campo y la ley de economía del conocimiento. Hasta el momento, sobre este punto fue implementado el plan GAS y se espera el tratamiento de la ley de biocombustibles y la de hidrocarburos respectivamente.
Respecto al discurso de este año, AF hizo especial hincapié en el contexto de pandemia y en la rápida respuesta del sistema sanitario, el equipamiento, la responsabilidad social y el compromiso de los trabajadores de la salud. Mencionó el arreglo de la deuda, las relaciones con México y Bolivia, y superficialmente el escándalo de las vacunas. Revalidó la premisa de “primeros los últimos” y enalteció la lucha de mujeres, incitó a continuar con el cuidado hasta que se complete el “plan de vacunación más grande de la historia”.
Como no podía ser de otra forma, el discurso estuvo sesgado por la imposibilidad que le generó la pandemia en la gestión del 2020, el hincapié en la dicotomía planteada a lo largo del año pasado sobre vida o economía.
El momento de mayor tensión fue con la incitación al sistema de pesos y contrapesos particularmente en lo que respecta al parlamento sobre el poder judicial y las responsabilidades penales por el endeudamiento. Enumeró el envió de leyes como las relativas a Cannabis, electromovilidad, incentivos al valor agregado, emergencia de servicios públicos, entre otras propuestas.
Junto con ello, como había anunciado en el año anterior, la reactivación económica será en parte por la cantidad de obras en los más de 2000 municipios, los corredores ferroviarios y fluviales junto con un ambicioso plan de viviendas con carácter federal.
Alberto Fernández mostró una imagen de consenso en el principio y final del discurso, entre medio, mostró combatividad ante comentarios opositores en el recinto frente al análisis que el presidente hacía sobre la herencia dejada por el gobierno anterior.
Donde no se alertó tensión es en cuanto a la presencia de gobernadores, ministros y ministras, y su vicepresidenta en el recinto. En la sesión de hoy parecen haber quedado de lado tensiones anteriores del propio frente. En lo que respecta a la otra vereda, la oposición criticó la incertidumbre que genera el “embate contra el poder judicial y la ausencia de planes concretos sobre la inflación”.
Una vez más, el presidente en su inicio de sesiones tuvo la posibilidad de barajar las cartas que le quedó del año anterior, marcado de forma reiterada en su discurso por la herencia macrista, a partir de su análisis podrá dar de nuevo en base a las posibilidades reales que la coyuntura le va presentando.