La incomodidad por no tener un taquillero en cancha para la sucesión del intendente Martín Llaryora el año que viene, puso al peronismo cordobés a convivir con una fuerte fricción en los últimos días. Sobre todo, porque se exhibió como nunca antes la interna entre el secretario de Gobierno, Miguel Siciliano; y el de Transporte, Marcelo Rodio.
Disputa que derivó incluso en un amague de renuncia, amenazas de golpes de puño y con uno buscando a otro en uno de los principales despachos del Palacio 6 de Julio.
Todo esto, a días del OK de Llaryora para que ambos, junto al viceintendente Daniel Passerini, empezaran a levantar el perfil y recorrer la ciudad como los bendecidos por la actual gestión para continuar en el municipio cordobés. Nombres a los que luego se sumó, como lo adelantó LPO, la senadora y esposa del gobernador Juan Schiaretti, Alejandra Vigo; y en las últimas horas, el legislador provincial Juan Manuel Cid, un histórico operador en distintos ámbitos del intendente capitalino.
La pelea entre Siciliano y Rodio se originó porque el secretario de Gobierno brindó una entrevista televisiva en Canal C y, al ser consultado sobre cuál es la problemática que el Municipio debe resolver, apuntó al «transporte». Frase que originó la reacción inmediata por parte de Rodio, a días de lo que podría haber sido un nuevo paro de UTA, medida de fuerza que finalmente se desactivó porque el gremio acató la prórroga de la conciliación obligatoria.
Este último dato, el de la posibilidad de un paro de 72 horas por parte de los choferes del transporte urbano de pasajeros, fue lo que puso en el foco el entorno de Rodio. «Miguel sabía que se venía una semana brava en términos de transporte. Por suerte, la medida se desactivó, pero con un paro, la fricción hubiese sido mayor», razonó a este medio una fuente del Palacio 6 de Julio.
De todas maneras, en el gabinete llaryorista hubo voces que criticaron a ambos porque entendieron que «no estaban cuidando» al intendente. «No es el momento de este tipo de peleas», dijo un funcionario muy escuchado por Llaryora.
Igual, no es la única disputa entre dos aspirantes a suceder al intendente dentro del peronismo. En el ámbito del Concejo, aquellos que no desconocen las intenciones de Passerini, sostienen que, en silencio, la tensión entre el viceintendente y Siciliano se mantiene.
Y que en los próximos días puede vivir un nuevo capítulo cuando se discuta en el Concejo ‘alcohol 0′ -en realidad, el proyecto habla de narcolemia 0- para los automovilistas en la ciudad. Es decir, aplicar la misma normativa que actualmente tienen las rutas en la provincia.
Passerini es uno de los oficialistas que se plegó al proyecto del opositor Juan Pablo Quinteros, mientras que Siciliano, de buena relación con el sector gastronómico desde las restricciones por la pandemia, apuesta a no erosionar ese vínculo. Uno de los más perjudicados en caso de aplicar el 0 en lugar de los 0,4 gramos por litro que rige actualmente.
Por fuera del tridente, el que se sumó al lote por la carrera para la intendencia es Cid, actual legislador provincial, el hombre de Llaryora en la Unicameral, pero también un operador con fuertes vínculos en la Justicia provincial. Es más, hay quienes entienden que el lanzamiento es un mensaje en varias direcciones: al poder judicial, al viguismo, al delasotismo y también a la mesa chica del intendente, después de otros roces que se originaron en las últimas semanas y que poco trascendieron.
Cid, además, jugó fuerte en la reciente elección del Colegio de Abogados en Córdoba en la que fue reelecto Ignacio Segura, el hombre que representó la transversalidad PJ, UCR y PRO en territorio cordobés.
A todos estos nombres, se suma el de Natalia de la Sota, la diputada nacional e hija del exgobernador que no tiene entre sus objetivos la intendencia. Rechaza cualquier hipótesis en ese sentido, aunque la militancia delasotista reconoce una especie de diáspora de algunos funcionarios y destaca que es una de las opciones que se barajan en uno de los despachos más importantes del Panal.
Fuente: LPO – Gabriel Silva